Llegó oficialmente ese día, al menos para mí. Mañana empiezan las clases y se acaba definitivamente el verano. Un verano intenso, este, aunque no menos de lo que va a ser el curso.
Hoy es, junto con Nochevieja, el único día del año en que tu cabeza no para de pensar en nuevos própositos que harán de ti una mejor persona, mejorarán tu rendimiento escolar o te harán adelgazar (entre otros). Parece que para enfrentarte al año/curso que viene, debemos tenerlo todo planeado, minuto a minuto, todo bajo control. Y ese no es mi caso este año. En realidad, creo que empiezo con mi vida desastrada, totalmente desorganizada; como mi habitación, llena de papeles y libros por todas partes porque las estanterías del IKEA de dos metros no nos cabían en el coche para traerlas.
Así que empiezo sin haber seguido aquellos consejos que hace años leí en una revista para adolescentes ("los días previos a la vuelta al cole ordena tu habitación, limpia tu karma, prepara tu ropa..."), porque además de lo de mi cuarto, tampoco acabé ninguna de las cosas que me había propuesto para estos tres meses, entre ellas:
- No acabé de ver Cómo conocí a vuestra madre (estoy en el 5x14).
- No acabé la base de datos de los libros que tenemos en casa, cual biblioteca.
- No tengo aún el carnet de conducir (aunque mi monitor me quiera mandar a examen el días 21, yo sé que aún no estoy preparada).
- No leí todos los libros que me propuse para este verano ni vi todas las películas que dije que tenía que ver.
- No revelé las fotos de este verano que iba a poner en los 6 marcos que me compré en dos visitas diferentes a IKEA y que también iba a pintar yo misma.
...
Por suerte, ELLOS (a la escena de la llamada telefónica de Elizabethtown me remito) me han concedido una semana más para que intente concretar algunos de mis planes, pues aunque mañana y el martes tenga que ir a la Facultad, miércoles, jueves y viernes las clases están suspendidas por la selectividad. Suerte para todos los que se presenten y para mí también, a ver si este curso que empieza desordenado acaba poniendo cada cosa en su lugar.
P.D.: No podía despedirme de otra forma. Esta es la canción más adecuada para esta época del año. El vídeo, un poco lacrimógeno, pero espero que haga recordar a todos ese verano especial que algún día vivimos.