martes, 19 de julio de 2011

Super Bock Super Rock II. Crónica de un festival



Ya estamos de vuelta. Se acabó la aventura y el balance es muy positivo. Tras salir de casa a las 08:30 de la mañana del miércoles, a las 7 y pico de la tarde ya estábamos montando nuestra base en el camping. Atrás habían quedado horas de viaje en bus, en tren, taxistas locos pervertidos, colas de espera a pleno sol... ¿Pero cómo quejarse si nos esperaban tres días de sol, playa, buen ambiente y mejor música? Sólo con pensar en ver a The Kooks y Strokes por primera vez en directo (a los Arctic ya los había visto), se me ponía un cosquilleo en el estómago que me hacía olvidarme de que dormía en una tienda de campaña dentro de la que se me escurría el saco (problemas de estar colocadas en pendiente), que meaba en un váter que no era más que un depósito, donde todo lo que entraba allí quedaba, que me duchaba en agua congelada y que me cobraban 3 euros por una botella de litro y medio de agua. Mereció la pena. Volvería a mear en esos váteres, a ducharme en agua congelada y a pagar 3 euros por un agua =)

El ambiente me encantó, hacía que te sintieras bien allí dentro. Estaba de lleno de jóvenes (fundamentalmente, pero no solo), con buen gusto (música y estilo) que no solo iban allí a emborracharse sino que tenían interés en ver los conciertos. Muchos british, franceses e italianos, pero sobre todo españoles y gallegos. Los portugueses decían que allí eran ellos los extranjeros...

Las instalaciones: mejorables. El polvo que hay en el recinto y en el cámping es infernal. Se necesita un pañuelo para cubrir la cara y evitar estornudar a cada momento. Los coches acabaron todos decorados con lemas como: lávame (en varios idiomas), estoy sucio... Y a nosotros deberían habernos escrito lo mismo, porque la limpieza de las duchas duraba lo mismo que tardabas en salir de ellas... El cámping creo que era un poco escaso, las tiendas estaban todas amontonadas, sin espacio entre ellas y pasar por allí era una odisea  (más de uno se cayó sobre las omnipresentes quechua, dando sorpresas a sus huéspedes!).



Anécdotas tengo unas pocas para contar. Entre las más destacadas:

  • Las conversaciones que se escuchaban desde la tienda: Me enteré de que una de mis vecinas se había sentido mal en medio de un concierto y había acabado haciéndose de vientre por encima, pero que no le importaba decirlo porque se había quedado a gusto. Escuché a una no-tan-niña llorar como una viciosa porque se había hecho daño en el dedo gordo del pie (pero llorar como hacía tiempo que no escuchaba a una persona hecha y derecha) y a su hermana justificándola diciendo que estaba muy sensible. La indignación de unos portugueses que en su travesía hacia las tiendas por la noche describían el cámping como un campamento de refugiados...
  • El viaje en autobús descapotable escuchando el disco Super Bock Super Rock del conductor: El viernes nos lo tomamos con calma y marchamos tarde a la playa; tanto, que la vuelta nos coincidió con los atascos de la hora de entrada en el recinto y esperamos dos horas por el bus. Eso sí, como recompensa, tuvimos un viaje al atardecer en autobús descapotable, con la música del festival sonando a todo trapo, nosotros bailando y viendo cómo nuestro busero, al encontrarse con sus compañeros por la carretera, les daba galletas para que no se murieran de hambre. 
  •  Los ingleses vestidos de jugadores de fútbol: El último día aparecieron unos 20 britishmen vestidos con equipaciones de diferentes equipos de fútbol, excepto uno de ellos, John, que iba a lo tirolés con traje de verano (un calzón amarillo muy corto y con tirantes, un gorro y creo que peluca). Estaban locos, pero nos animaron la tarde con sus comentarios y bromas al pobre John.
Seguro que hay más, pero ahora no me acuerdo =) 

Y, por último, lo más importante: los conciertos. Genial, ¿qué voy a decir? Genial, genial genial. Los mogollones agobiaban un poco, pero es el precio que hay que pagar por ver a algunos de tus grupos favoritos desde una corta distancia. 

De The Kooks, me sorprendió que hubiese más chicos que chicas y que fuesen ellos los que mejor se supiesen las canciones, porque aunque suene un poco sexista, me esperaba que en el concierto fuésemos mayoría femenina. 



Arctic Monkeys ya sabía que eran sosos. Alex Turner nunca fue el alma de la fiesta, pero tienen un directo muy muy bueno. El último disco me gusta. Nada que ver con los dos primeros, pero está bien igual.



Arcade Fire y The Vaccines son dos grupos a los que ahora seguiré más fielmente, aunque no fuesen completos desconocidos. 





The Strokes... leí críticas no muy favorables de su concierto: que si había abirrido hasta a ellos mismos, que Julian Casasblancas se había olvidado de las letras de las canciones, que la despedida (o ausencia de ella) había dejado a todos sin habla... Yo me conformé con verlos. Es decir, son grandes estrellas, tenía miedo de que a última hora decidiesen no actuar, que no dijesen nada de nada al público... ¡qué sé yo! Que hiciesen como Oasis en sus conciertos y poco menos que cantasen de espaldas... Pero salieron bastante puntuales, cantaron todos sus éxitos y nos dijeron alguna cosa. Hasta hubo un momento en que Julian se echó a reír, no recuerdo ahora por qué. Yo vi a Strokes en directo y eso me hizo marcharme para el saco feliz =)


Espero que para el año haya más ;)

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