viernes, 30 de septiembre de 2011

Calor, calor, calor


Quien diga que en el Reino Unido solo llueve y hace frío miente. No sé si llega a mentir tanto como quien dice que a Galicia hay que llevar siempre el paraguas, pero desde luego que miente. Si no, que se venga estos días de visita aquí y que traiga solo ropa de abrigo, a ver qué tal se lo pasa.

Yo llevo unos días evitando las horas plenas de sol, metida en la habitación con las cortinas echadas, porque es justo ese el momento en que más pega en mi habitación. En invierno me vendrá de muerte, seguro, pero ahora... Es horrible! Sudo sin necesidad de moverme y no consigo refrescar la habitación por mucho que abro las ventanas a la fresca... 

La verdad, es que los propios de aquí tampoco se lo esperaban. Todos dicen que ni en verano tienen estas temperaturas, y no entienden cómo podemos estar sufriéndolas ahora. Los árboles tienen ya todas las hojas caídas!!! ¿Que mayor señal hay que esta para saber que ya es otoño?


Mientras tanto, a falta de playa, aquí en Sheffield tienen fuentes. Ayer había un montón de niños (y no tanto) metiéndose debajo de los chorros de la fuente de los Peace Gardens y remojando los pies en los chorritos que hay por allí también.  

Para que no se emocionen mucho con estas temperaturas, The Star (un periódico de Sheffield) recordaba el jueves en una noticia que vamos camino del invierno y visto lo visto, este parece que va a ser frío y con nieve. Solo espero que no me toque cierre de aeropuertos cuando yo tenga aviones de vuelta que coger, aunque podría ser mi oportunidad de vivir lo que siempre pasa en las películas  [momento para pensar] (no, definitivamente creo que vivirlo no tiene que ser tan emocionante como parece en la tele). 

Hablando de televisión y dejando a un lado mi nueva vida por aquí, hoy se cumplen 29 años del estreno de Cheers en la televisión norteamericana. Aunque yo aún no había nacido por aquel entonces, me enganché a la serie hace unos años y ahora soy una fan redomada (de la versión original, la española aún no la vi ni creo que tenga pensado hacerlo). El martes, de hecho, vine viendo algunos capítulos en el tren, al volver de Londres. También tengo pendiente una visita a Boston, principalmente para sacarme una foto en el bar original y ver de cerca la Universidad de Harvard, mi preferida de las de la Ivy League. 


Cheers... ese bar "where everyboday knows your name" 


Y por último, para despedirme por hoy, un fragmento de la noticia de The Star, para quien quiera repasar su inglés :)

You can bask in Sheffield’s sunny weather into next week - but get ready for a snowy winter
SHEFFIELD is basking in an Indian summer expected to continue into next week – but as well as enjoying the welcome heat, city residents are being urged to plan ahead for a return of the cold and snowy weather this winter.

Temperatures could hit a sizzling 27C tomorrow and Saturday, up to 11 degrees above average for the time of year, but a weather expert has warned that thermometers will drop in mid-October, meaning the chilly conditions could soon develop again.
The Star

sábado, 24 de septiembre de 2011

Un país de gente valiente


Sigo con mis andanzas y primeras impresiones de la vida en el Reino Unido y hoy tengo que rendir un sincero homenaje a todos aquellos que viven en este país y consiguen mantener un tipo fino. 

No voy a hacer comentarios sobre qué tal estoy comiendo hasta ahora, para no preocupar a mis progenitores, tan sólo voy a decir que aún no estoy totalmente establecida, pero que intento hacer lo más que puedo.

El caso es, que es muy difícil resistir la tentación de probar todos los tipos de galletas, bizcochos, muffins, chocolates, patatillas... porque su precio es infinitamente inferior al de la comida sana. Y por si fuera poco, podrás tardar en encontrar el pasillo de la fruta en el Sainsbury, pero te aseguro que el chocolate y la guarrería toda la encuentras sin haberla buscado, sobre todo porque la mayor parte de las veces el espacio dedicado a ellas es enorme. 

Entonces... ¿cómo te vas a poder resistir a comprar un Twix por 36 peniques, o un Kinder Bueno por 55, si solo una botella de agua te cuesta 59 o un kilo de peras 2 libras y media? Es muy difícil. Tienes que tener una fuerza de voluntad supina para poder enfrentarte a este tipo de retos cada día, especialmente si eres una persona a la que le pierde el dulce (véase mi caso). 

Bueno, esto es todo por hoy, mañana me voy a Londres, así que aún tardaré en renovar unos días. 

En mi ausencia, dejo la recomendación musical de la semana, tal y como le había prometido a mi hermana. Una canción que estoy escuchando mucho estos días, de un grupo que espero poder ver en directo en breves. 


viernes, 23 de septiembre de 2011

Chocolate chunk


Era obvio que tenía que pasar. Cuando llevas toda tu vida pronunciando a la moda de Londres y de repente te vienes al corazón del Norte, tienen que surgir los problemas, y el mío ocurrió hoy.

Resulta que a lo que yo toda la vida llamé cookie, en el Starbucks de aquí lo llaman "chocolate chunk". Hoy me paré allí a merendar y tuve la gran suerte de que la chica que estaba en la cola antes que yo, también pidió una. Cuando se la escuché pedir me dije: "Iria, pronúncialo tal y como acabas de escuchar". Pero no me salió, y pedí una "chocolate ch^nk" en vez de una "chocolate chUnk". Y además tuve la gran ocurrencia de pronunciarlo con un tono que clarísimamente denotaba mi inseguridad, por lo que la señora que amablemente me atendía decidió ayudarme y me dijo "cookie", y yo "yes, yes". Mientras ella me la cogía, le dijo a su compañero que me cobrase una "cookie" y a este le debió de parecer tan cursi y divertido que se echó a reír en mi propia cara. 

Vendrán muchas más como estas, pero tendré que habituarme. 
Saludos Sheffieldianos

jueves, 8 de septiembre de 2011


En doce días me marcho a vivir a Inglaterra un año y hay algo que me tiene terriblemente preocupada... NO ME GUSTA EL TÉ!!

No me gusta, no me gusta y no me gusta. No lo soporto. Lo intenté con distintos tipos, con bolsitas, natural, recién traído de Inglaterra... pero no hay forma: no me gusta. Y lo peor de todo es que tampoco me gusta su equivalente en los States; es decir, el café, que no me entra ni en helado.


¿Qué van a ser para mí las 5 de la tarde? ¿La hora de los bollos? ¿Del vaso de agua? Sea lo que fuere, le resta sofisticación al asunto. Toda la pomposidad que los ingleses se molestaron en darle en la época victoriana, cuando la ata sociedad celebraba fiestas del té por la tarde en los jardines, especialmente en la casa de campo o residencia de verano, me la cargo yo en dos minutos.

Todo lo más que puedo prometer es intentar tomarlo en reducidas dosis pero frecuentemente, para que las papilas gustativas se acaben acostumbrando y pasadas unas semanas consiga ingerir la mitad de una "cup of tea". 

Desde aquí iré informando de mis progresos con ese producto tan sagrado para mis próximos anfitriones, pero de momento me limitaré a  reseñar tres hechos que demuestran su importancia en el mundo aglosajón:


  1. Cada británico consume al año 2,1 kg. de té.
  2. Una de las novelas más conocidas de la literatura inglesa, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, dedica uno de sus capítulos a describir una fiesta del té, que la protagonista comparte con la Liebre, el Sombrerero loco y un Lirón.
  3. Y por ultimo... No les llegaba con tomarlo todos los días y hablar de él en libros y musicales, que también tuvieron que convertir al té en causante de un gran episodio histórico: la Guerra de Indepedencia de los Estados Unidos, que comenzó tras el Motín del té de Boston.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Full Monty & Sheffield

Bienvenidos a Sheffield, el vibrante corazón del norte industrializado de Inglaterra. La joya de la corona de Yorkshire tiene medio millón de habitantes, a los que se suman miles de personas que vienen diariamente a trabajar y a comprar. Todo se sustenta en la principal producción de la ciudad, el acero. Plantas de laminado, fundiciones y talleres dan trabajo a unos 90.000 hombres para producir el mejor acero del mundo con la tecnología más avanzada. Desde vigas altamente resistentes a las cuberterías de acero inoxidable que ponen diariamente en sus mesas. Pero los habitantes de la ciudad del acero no se limitan a trabajar. Pueden pasar el día descansando junto a la piscina, viendo a uno de nuestros mejores equipos de fútbol o yendo de compras. Pero es tras la puesta del sol cuando empieza la verdadera diversión en los numerosos clubes nocturnos y discotecas de la ciudad. La gente de Yorkshire sabe pasarlo bien. También es un buen momento para la vivienda: Sheffield es una de las primeras ciudades en planificación urbanística: las destartaladas casuchas victorianas han sido derruidas para dar paso a la vivienda del futuro. Gracias al acero, Sheffield es una ciudad en plena expansión. 

Full Monty


A partir de este momento, este blog dará un cambio de rumbo y, más que para verter en él todo pensamiento, curiosidad o hecho que se me antoje, servirá como vía de comunicación con las personas que abandono aquí en Vigo durante este curso, que pasaré en la ciudad que describe el fragmento anterior. De hecho, lo que va a ocurrir en realidad es una ampliación de las funciones del blog, dado que seguiré imprimiendo en él lo que me apetezca, pero con vistas a mantener informados a los de aquí de lo que se me pasa por la cabeza allá. 

Y como primer hecho destacado de la ciudad que me acogerá en breves, os recuerdo con esta entrada que allí se rodó Full Monty, en 1997. La película comienza con un vídeo promocional de Sheffield, al que pertenece el fragmento que transcribí arriba. Si en los años 70 ya vivían allí medio millón de personas, se podía ir a pasar el día en la piscina o de compras, la vida nocturna era activa y variada y la ciudad estaba en plena expansión... ¡en el 2011 no espero menos! Pero de lo que me vaya encontrando y pareciendo ya os iré informando en cuanto me instale allí, para lo que quedan exactamente 15 días :)

No me puedo contener, la escena más famosa de la película: 

miércoles, 17 de agosto de 2011

Federico García Lorca


Estos días se cumplen 75 años de la muerte de Federico García Lorca y he decidido tomar este dato como excusa para rendirle un pequeño homenaje.


En agosto de 1936, este poeta, dramaturgo y prosista granadino fue fusilado, y posteriormente arrojado a una fosa común de la que aún hoy se desconoce su localización exacta.


Como liberal y homosexual declarado que era, Lorca no despertaba muchas simpatías en el sector conservador de la España preguerra y sus continuas críticas a la situación social del país no hicieron más que despertar odios en algunos miembros de la derecha. Entre ellos, Ramón Ruiz Alonso, responsable de su detención en la casa familiar del también poeta Luis Rosales, donde Federico se hospedaba con la esperanza de evitar un fatídico destino.


Hoy, 75 años después de su muerte, contamos con el legado del granadino, considerado, junto con Valle Inclán y Buero Vallejo, figura clave del teatro español. También destacó en poesía, con obras como Romancero Gitano o Poeta en Nueva York, y en prosa. Su nombre, estará siempre asociado a La Barraca, las Misiones Pedagógicas o la Residencia de Estudiantes de Madrid; pero Federico García Lorca es, a día de hoy, un mito, una referente de la cultura popular. 


En algún momento, dedicaré una entrada más extensa a su obra, pero hoy me interesa destacar sus seis poemas galegos, que escribió a raíz de una visita a Santiago y de su amistad con el escritor Eduardo Blanco Amor. En concreto, y dado que esta noche pondré rumbo a Compostela para asistir a un espectáculo teatral, quiero acabar con Danza da lúa en Santiago, que habla de la Quintana de Mortos, donde se localiza el escenario de la Ultranoite. 



Danza da lúa en Santiago

¡Fita aquel branco galán,
olla seu transido corpo!


É a lúa que baila
na Quintana dos mortos.


Fita seu corpo transido,
negro de somas e lobos.


Nai: A lúa está bailando
na Quintana dos mortos.


¿Quén fire potro de pedra
na mesma porta do sono?


¡É a lúa! ¡É a lúa
na Quintana dos mortos!


¿Quén fita meus grises vidros
cheos de nubens seus ollos?


É a lúa, é a lúa
na Quintana dos mortos.


Déixame morrer no leito
soñando con froles d'ouro.


Nai: A lúa está bailando
na Quintana dos mortos.


¡Ai filla, co ár do céo
vólvome branca de pronto!


Non é o ar, é a triste lúa
na Quintana dos mortos.


¿Quén brúa co-este xemido
d'imenso boi melancónico?


Nai: É a lúa, é a lúa
na Quintana dos mortos.


íSi, a lúa, a lúa
coronada de toxos,
que baila, e baila, e baila
na Quintana dos mortos!

Federico García Lorca


lunes, 15 de agosto de 2011

Fiestas patronales


El 15 de agosto es, quizá, el día con más fiestas patronales de todo el año. En la costa, en el interior, en ciudades, barrios, pueblos... se celebran en todas partes, cada una con sus ritos y tradiciones particulares. A mí todos los años me toca una con su procesión y comida familiar correspondiente, y todos los años tengo las mismas pocas ganas de ir. En primer lugar, porque además de a los familiares, no conozco a nadie en el pueblo, por lo que la función de "encuentro social" no tiene cabida en mi caso. La procesión, con sus beatas y sufridoras de pies descalzos, te permite entretenerte durante un tiempo mientras la miras pasar a tu lado y, además, es señal inequívoca de que cuando termine, faltará poco para que vayas a comer. El haber tenido que escuchar la misa a volumen discoteca aun sin estar dentro de la iglesia no se lo perdono al señor Benedicto, que bastante crispada me tiene con su baño de masas de Madrid (¿soy la única a la que le parece que el Papa no viene nunca, que anuncian su llegada sin parar y que sus jornaditas parecen durar eternamente?) Y lo peor, lo peor, fue ver las dos bandejas de plata llena de billetes y monedas, cuando estos días miles de personas se mueren de hambre en Somalia. 

De todas formas, entiendo que para muchos el día de las fiestas grandes del pueblo sea maravilloso y estupendo y que se pasen un año esperando a que llegue. También que su Santa les parezca la más bonita, su procesión la más multitudinaria y sus orquestas, las que más animen al personal. A mí, sin embargo,  me parece que los Primos disfrutaron más sus fiestas que yo de las mías.